domingo, diciembre 24, 2006

EL DIOS ABSOLUTO






Lectura bíblica: Romanos 9:10-21
Propósitos de la charla: Comprender la doctrina acerca del carácter absoluto de Dios.


Hemos visto que Dios es una Persona y que es una persona de carácter espiritual. Como lo declarara Jesús en el pozo de Jacob a la mujer samaritana Dios es Espíritu. Si Él es el Creador y el que sostiene todo el kosmos, entonces tiene todo el derecho a hacer con Su creación como a Él le plazca, en otras palabras en Él reside toda la soberanía del universo. El Señor es el Kiryos, el Soberano absoluto. Y aquí entramos en otra característica de Dios.



PERFECCIÓN DE DIOS
Dios es perfecto en todo lo que nosotros podamos pensar de Él, tanto en lo denominado sus "atributos naturales" como en su naturaleza o carácter moral. Es el único Ser que puede estar en todas partes a la vez, es perfecto en esa capacidad, no así las criaturas que estamos limitadas por un cuerpo. Ese atributo natural se llama omnipresencia.



Es el único Ser que tiene poder absoluto sobre la naturaleza, los humanos no podemos ordenar a la tormenta que se calme, no podemos caminar sobre el agua, no podemos atravesar paredes ni multiplicar panes y peces, menos resucitar por nuestros propios medios. Dios posee todo ese dominio sobre lo creado y podría seguir creando mundos, si Él así lo decidiera, porque Él es Todopoderoso, Omnipotente. Algunos maliciosamente juegan con el verbo "poder" y dicen Dios no es todopoderoso porque no puede crear dos montañas sin un valle entre ellas, mas esto es ilógico y Dios es un Ser racional. O también alegan Dios no lo puede todo porque no puede mentir ni odiar. Otro argumento tonto, ya que Dios es un Ser moral que no hace lo malo. El hecho de que Él no haga lo malo no es que no sea capaz de hacer algo sino que Su misma naturaleza se lo impide.



Un tercer atributo natural de Este Ser magnífico es su omnisapiencia o sabiduría, es decir que todo lo sabe, no hay algo de lo cual Él no esté enterado, conoce los pensamientos, sentimientos y acciones de todas Sus criaturas, aún las que están en desobediencia; conoce el comportamiento de la naturaleza animal, vegetal y mineral; lo sabe todo. De allí derivan muchas de las dudas teológicas que los incrédulos y los débiles en la fe proponen: Si Dios lo sabe todo ¿por qué creó al hombre con la capacidad de desobedecer?; si Él sabía que Adán iba a desobedecer ¿por qué le puso la prueba de no comer del árbol de conocimiento?; si todo lo sabe ¿para qué escogió a Judas como discípulo? Todas estas preguntas tienen la única intención de exculpar al hombre de responsabilidad e inculpar a Dios como Creador. Pero no es así, Él ha creado personas libres con conciencia de sí mismas, determinación propia, inteligencia y conciencia moral, a imagen y semejanza de Él, por tanto el hombre es también responsable de sus actos.



EL ABSOLUTO Y LA NECESIDAD
La perfección de Dios en cuanto a Sus atributos naturales se resume en una sola palabra "absoluto". Dios es un Ser absoluto. Esto significa que Él no depende de nada fuera de sí mismo. Nosotros para vivir requerimos de alimentos, aire y otras condiciones que permiten nuestra vida, sin embargo Él se basta a sí mismo porque Él es la Vida. Los humanos y los animales requerimos de otro, hembra o macho, para reproducirnos; Él no necesita otro dios o diosa para multiplicarse, pues no necesita la reproducción de otro Dios o dioses, ya que es Dios y se basta a Sí mismo. Él tiene la comunión que necesita en la Trinidad. Esto no significa que sea indiferente, sino que no requiere de otros para existir. Sus relaciones con lo creado no son necesarias de su parte. Podemos entender esto si observamos a un artista, quien puede seguir existiendo a pesar del deterioro de su obra o desentenderse de ella después de venderla. Dios, el Gran Artista del universo, no tiene que depender del mundo pero sí el mundo depende de Él. Puede existir perfectamente sin el mundo pero éste no existe sin Dios.



Los humanos necesitamos relacionarnos con otros para preservar la especie, el hombre y la mujer buscan pareja para tener hijos. Hay un sentimiento de soledad y de estar incompleto hasta que encuentra esa "mitad" que le falta. Los humanos necesitamos agruparnos en familias, tribus, clanes, sociedades, para apoyarnos y defendernos. "El hombre no es una isla" decimos, es un ser sociable, que necesita de otros para vivir. En el caso de Dios no es así. Él no es hombre para que necesite de otros, Él es autosuficiente. Esta dependencia de los humanos se debe a su naturaleza limitada con que Dios les ha creado. En cambio cuando Dios establece relaciones con el hombre no lo hace impelido por una necesidad o debilidad, ni por una fuerza externa, sino que únicamente por un acto libre Suyo. Si Él nos ha creado es porque quiso hacerlo y no porque lo necesitara o fuese obligado a hacerlo. Si preserva Su creación es sólo porque Él la aprecia y así decide soberanamente hacerlo. Planificó la redención en Cristo, el Unigénito, no por temor, arrepentimiento u otra causa de humano razonamiento, sino porque Él decidió hacerlo.



TEISMO Y OTRAS DOCTRINAS DEL ABSOLUTO
Dios es Absoluto y sus relaciones con el kosmos son por propia determinación y no por necesidad. El teísmo cristiano, el modo cristiano de entender a Dios o doctrina de Dios, afirma lo absoluto de Dios en el sentido de una vida Personal, Independiente y Perfecta. Creemos que Dios es un Ser increado o no creado, una Persona, independiente del hombre, ser creado. Creemos que el Creador es independiente de Su creación, aún cuando se refleje en ella y la impregne con Su Espíritu. Los cristianos creemos que Dios es perfecto.



Esto se diferencia de la interpretación panteísta. El panteísmo es la doctrina que asigna divinidad a todo el universo, en él se funden y confunden la Divinidad con la creación, de modo que esta última pasa a ser también divina. de allí surgen prácticas idólatras y mágicas que confieren dones sobrenaturales a lo creado, como piedras, plantas, animales, objetos, etc. Para el panteísmo todo es sagrado porque Dios es todo. Entonces Dios necesita de lo creado, depende de ello para actuar. Asimismo el humano puede manipular a Dios a través de lo creado; este es el sustento de la magia, la forma más primitiva de religión. La interpretación que el panteísmo hace de lo Absoluto de Dios es distinta a la del teísmo cristiano: para el panteísmo Dios es Absoluto en el sentido que está en todo y para el cristianismo Dios es Absoluto porque no depende de nada.



También algunas modalidades de agnosticismo hablan de un absoluto detrás de los fenómenos del kosmos, el cual no puede conocerse debido a su calidad de absoluto. Para el agnóstico Dios es una interrogante, una pregunta que no tiene respuesta positiva ni negativa, una realidad inalcanzable para el ser humano. Por tanto deberá éste prescindir de esa realidad mientras viva. No así el cristianismo, que cree que Dios es Absoluto pero que por determinación propia se ha revelado a la humanidad y está cercano a ella.



Si comparamos las posiciones del panteísmo y el agnosticismo nos percataremos que el primero coloca a Dios tan cerca de los fenómenos del mundo que Dios se pierde en ese mundo, en tanto el segundo pone tan lejos al Absoluto que hace imposible aprender de Él a través de Su creación. Ambos métodos de pensamiento no permiten conocer a Dios pues desconocen a Éste como Persona Divina, Espiritual, Soberana y Absoluta.



DIOS ES LA VIDA
Los seres humanos, los animales, las plantas y los seres angélicos no tenemos vida propia, puesto que por nosotros mismos no podemos generar la vida. Si estamos vivos es porque hemos recibido la vida de una fuente de vida. Esta fuente generadora de vida cósmica es un Ser real. Se llama Yo Soy el que Soy, Jawé, Jehová. Sólo Dios puede generar la vida, aunque muchos piensen que puedan manipular la vida o fabricarla en un laboratorio. Tal vez puedan jugar con la vida y hacer las condiciones para que se de, pero jamás podrán producir vida, pues la vida viene de Dios.



Dios es real, Él es un Ser, Él es el que Es, tal como Él mismo lo expresa Yo soy El que Soy. Él está vivo. Mas, no sólo Él vive, sino que también Él es la fuente de la vida, de todo lo que vive. Dios es la vida y tiene existencia propia.



La Biblia habla de Dios como el Dios viviente, en contraposición a los dioses inertes del mundo pagano. Nuestro Dios es El que es y da la vida. ".../ para que, si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y defensa de la verdad." (1 Timoteo 3:15)



El medio de la energía emanada de Dios, Cristo, es la fuente de la vida humana. El mismo mediante el cual se hizo todo, encarnó y vimos Su poder vivificador. "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre." (San Juan 1:14).



La vida de Dios alumbra a todo hombre que viene a este mundo. La vida es característica de lo humano, es como una luz que todo lo ilumina. Cuando alguien muere, se le observa sombrío, sin vida. La misma Vida vino a este mundo y nos iluminó. "La luz verdadera que alumbra a todo hombre venía a este mundo." (San Juan 1:9)



Dios le ha dado a Cristo vida en sí mismo. El Padre y el Hijo son uno. Desde que existe el Padre, existe el Hijo, aunque ninguno tiene comienzo pues son eternos. El Hijo fue engendrado del Padre, es el Unigénito del Padre pero no menor ni después que Él. La misma vida del Padre la tiene el Hijo. El Cristo tiene vida zoé, vida sobrenatural, en Sí mismo. "Como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo" (San Juan 5:26)



Cristo es la resurrección y la vida. "Le dijo Jesús: -Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá." (San Juan 11:25)



Cristo levanta a los muertos espiritualmente. "De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán." (San Juan 5:25)
Un día Él llamará de las tumbas a todos los difuntos. "No os asombréis de esto, porque llegará la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; / y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación." (San Juan 5:28,29)



Porque Dios es Absoluto, entendemos que Él es la vida, no puede ser la inexistencia ni la muerte, Él es la resurrección y la vida, Él no es Dios de muertos sino de vivos. El carácter Absoluto del Creador lo hace aún más grande a nuestros ojos. Tú has seguido a Alguien más grande que un gran líder o maestro. Tú crees en Alguien mayor a cualquiera persona que conozcas. Tu Dios no depende de los tiempos ni de los hombres, tu Dios no depende de ti, pues es Absoluto y se basta a si mismo. Que esta enseñanza te ayude a aumentar tu fe y obediencia, pues ahora puedes entender que eres discípulo del Dios Absoluto.



BIBLIOGRAFÍA.
Walter Thomas Conner, "Doctrina Cristiana"; Casa Bautista de Publicaciones, USA, 1962.

viernes, diciembre 15, 2006

LA SOBERANIA DE DIOS






Lectura bíblica: San Mateo 20: 15



Propósitos de la charla: Comprender la doctrina acerca de la soberanía de Dios.


El Reino de Dios conlleva exigencias, las cuales fueron planteadas en el Sermón del Monte, exigencias como: pobreza, persecución, pequeñez, grandeza, disciplina, pasión por el reino, integridad, prioridad por el reino y coherencia (ver charla "Exigencias del Reino"). Sin embargo nuestra vida religiosa no se basa sobre la obediencia ciega a una ley que exija ciertas conductas, sino que es una relación espiritual con una Persona con conciencia propia, determinación propia, inteligencia y conciencia moral (ver "Eres Persona"). Esta comunicación es netamente espiritual, ya que Él es Espíritu, es invisible, racional y moral, comunicativo y se ha revelado y encarnado en Jesucristo, como figura palpable de Su Palabra y Persona (ver "Dios es Espíritu"). Como Persona y Espíritu, Él ejerce Su Reino sobre todo lo creado, sobre la Humanidad y Su Iglesia, en otras palabras ejerce Su soberanía. Podemos decir que Él es Dueño de todo.



La palabra "soberano, na" es un adjetivo que significa grande, excelente o difícil de superar. Por ejemplo alguien puede recibir una "soberana" paliza, un "soberano" premio o haber tenido una "soberana" experiencia. Una segunda acepción es la que dice relación con gobierno, se refiere al que ejerce o que posee autoridad suprema o independiente; en las democracias el pueblo es "soberano" y elige libremente a sus gobernantes. En este último sentido Dios es soberano ya que tiene toda autoridad sobre la creación.



TRASFONDO HISTÓRICO
En la Edad Media el príncipe era considerado el soberano ya que sus súbditos no podían apelar a una autoridad más alta. Es hasta el siglo XVI cuando se construye sistemáticamente el concepto de soberanía con base en la presencia del Estado moderno, centralizado y burocrático, en el cual tal fenómeno constituyó una característica esencial. El Estado nacional nació con un concepto antes no conocido, la idea de la soberanía. Esta es el fruto de las luchas sostenidas por el rey francés contra el imperio, la Iglesia y los señores feudales. Este nacimiento del "estado soberano" ocurrió a finales de la alta Edad Media. En efecto, la presencia del Estado moderno dio nacimiento a una concepción nueva de ese poder, la cual surge con Jean Bodin en Les Six Libres de la République, París, 1576, en el siglo XVI.



La Iglesia cristiana, que arranca desde la Antigüedad y se forma en la Edad Media, obviamente transfiere esa visión política del mundo a su concepción eclesial y teológica. Jesucristo como Rey es el soberano y la más alta autoridad. La Iglesia de la Edad Media es altamente jerárquica, en cambio la Iglesia que surge en el Renacimiento, tanto la de la Reforma como la de la Contra Reforma, es un organismo más pluralista y diversificado. Hoy se ejerce la fe cristiana de múltiples maneras y, aún cuando ello implica una pulverización de la autoridad en miles de "iglesias", la autoridad de Cristo sigue vigente en la presencia de Su Espíritu Santo y en la Palabra de Dios. El Soberano de la Iglesia contemporánea sigue siendo Dios, aunque muchas veces parezca que la autoridad en ella la ejercieran el dinero, los medios de comunicación masiva y el poder del liderazgo.



"Soberanía" es un sustantivo femenino e indica autoridad suprema. En una monarquía esa autoridad se centra en la nobleza, en una dictadura se concentra en un solo gobernante, en las democracias reside en la mayoría. También quiere decir excelencia no superada: Un poeta hablaba de la soberanía del Sol sobre los demás astros, queriendo destacar su supremacía. Cristo tiene toda soberanía sobre la creación y el ser humano, como lo expresa el Nuevo Testamento, porque posee la autoridad suprema y su excelencia en cuanto a virtudes divinas es insuperable (Filipenses 2:9-11)



En el ámbito político, la soberanía, según la clásica definición de Jean Bodin en su obra Los seis libros de la República, es el "poder absoluto y perpetuo de una República". También se conceptualiza como el derecho de una institución política de ejercer su poder. Tradicionalmente se ha considerado que la soberanía consta o necesita de tres elementos: territorio, pueblo y poder. Desde un punto de vista espiritual, la soberanía de nuestras vidas está en manos de Dios. Es por eso que los seres humanos no podemos disponer de nosotros y quitarnos la vida si nos place, ya que no tenemos la soberanía de ella. Se habla de "libre albedrío" pero éste no puede ir más allá de la soberanía de Dios. El Señor tiene un territorio, un pueblo y poder; su territorio es toda la creación incluida el alma y espíritu humanos; un pueblo, formado por Israel más todos los que han creído en Él y aceptado Su sacrificio redentor, Su Iglesia; y todo el poder de Su Espíritu Santo.



En derecho internacional, ciencia creada por cristianos, la soberanía es un concepto clave y se refiere al derecho de un estado para ejercer sus poderes, sin sufrir intromisión extranjera. Muchas veces se habla de defender la soberanía cuando un país protege su territorio, o cuando no permite que alguien sea juzgado en un país extranjero por crímenes cometidos en su propio país. Todo país es soberano y tiene derecho a ejercer su soberanía. Dios es dueño de nuestras vidas y tiene pleno derecho a ejercer con ellas como a Él le plazca.



LA SOBERANÍA DE DIOS
¿En qué consiste la soberanía de Dios? Dios es soberano porque no está sujeto a nadie, no depende ni es influido por nadie. Él obra siempre y únicamente como quiere (Isaías 46:9-10). En el Nuevo Testamento, los apóstoles empleaban una palabra aún mas fuerte para referirse a Dios como el que gobierna el mundo a su entera voluntad, le llamaban despotes, es decir "déspota", con todo respeto y amor (Hechos 4:24) Dios es el Soberano que nos rige a Su entera voluntad. Y puesto que es un Dios justo, sabio y compasivo, nada debemos temer. Sobre la soberanía de Dios, es preciso puntualizar cinco cosas:



1) Dios reina sobre el mundo
La soberanía de Dios implica que Él reina sobre el mundo, porque Dios es Rey de toda la tierra. Él reina sobre las naciones. Esto lo expresa la Biblia, afirmando que Dios está sentado en su santo trono (Salmo 47:7-8). Domina con Su poder eternamente y sus ojos velan sobre las naciones; que no se enaltezcan los rebeldes (Salmo 66:7)


2) Dios controla las naciones
Dios es el Señor de la Historia humana. Él puede cambiar el curso de los acontecimientos, los tiempos y las edades, quitar y poner gobernantes. Dios da sabiduría a los sabios, a los científicos e investigadores, a políticos y mandatarios. Él otorga conocimiento a los entendidos (Daniel 2:21). Todo está bajo Su control, de modo que nada debemos temer. Dios es soberano sobre los gobiernos del mundo, estableciendo la autoridad gubernamental (Romanos 13:1-2). Él cambia los gobiernos cuando quiere (Daniel 2: 21). Juzga los gobiernos con justicia, como lo hizo con los babilonios entregando su imperio a los Medos y Persas (Daniel 5)


3) Dios ejerce soberanía sobre Su Iglesia
Aunque Dios es soberano de todo el universo, tiene autoridad absoluta sobre en forma especial sobre la Iglesia. Él es soberano sobre el gobierno de la Iglesia. Los que la presiden y dirigen son puestos por Dios (Efesios 4:11). Por eso el mismo apóstol declara tan categóricamente "Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos)" (Gálatas 1: 1)


Ejerce esta autoridad: a) Por llamamiento directo (Hechos 13: 2); b) Por nombramiento ministerial (Tito 1:5); y c) Por elección congregacional (Hechos 6)


4) Dios es soberano sobre nuestras vidas
Su autoridad y soberanía son eternas, permanecerá generación tras generación. Los seres humanos somos nada comparados a Él; Dios es la causa de toda la creación, sin Él nada existe; en cambio nosotros somos apenas una circunstancia, la vida puede continuar sin nosotros. Él actúa conforme a Su divina voluntad y nadie tiene derecho a cuestionarlo. Nadie puede detenerlo y decirle: «¿Qué has hecho?» (Daniel 4:34b-35). El Apóstol explica: "Porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito" (Filipenses 2:13)



De la misma manera que un padre de familia dice: "¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío?", El Dios del cielo y de la tierra nos hace la misma pregunta (Mateo 20: 15). Puesto que Él es Padre y nosotros Sus hijos, ya que formamos una sola familia espiritual, los que hemos sido redimidos por la sangre de Cristo, no hay atributo de Dios más consolador que esta doctrina de la Soberanía Divina. Es la más amada por los cristianos y la doctrina más odiada por los hombres del mundo, quienes permitirán que Él esté en cualquier lugar excepto en Su trono. El Dios en Su trono no es el Dios que ellos aman. Pero nosotros amamos predicar a Dios con el cetro en Su mano, Su corona sobre Su cabeza y sentado en Su trono, el Dios que tiene toda autoridad.



Entre muchas cosas, Dios tiene soberanía en la distribución de Sus dones; tiene el derecho de hacer lo que quiera con lo suyo, y así Él ejerce ese derecho. Partiendo de la idea que todas las bendiciones recibidas por nosotros son dones y que no tenemos derecho a ellos por nuestros méritos, que son regalos inmerecidos de Dios, entonces Él tiene un derecho. Dios ve esos dones como Su pertenencia, por tanto debe administrarlos de la mejor forma. No puede abandonarlos a nuestra ignorancia e irresponsabilidad; debe cautelar su administración hasta cuando aprendamos la mayordomía de ellos.



5) Los caminos de Dios van más allá de nuestro entendimiento
Los pasos del hombre son ordenados por el Señor, por tanto para los humanos es casi imposible entender su destino, salvo que Él se lo revele (Proverbios 20:24). Los pensamientos de Dios marchan en otra dirección, diferente de los humanos, la senda de Dios es elevada e inasible para la comprensión humana, los pensamientos de Dios son demasiado elevados y profundos para nosotros (Isaías 55:8-9). ¿Quién puede conocer la mente del Señor? (Romanos 11:33-36)



¿Está usted dispuesto, como discípulo de Jesucristo, a que Él ejerza absoluta soberanía sobre usted, su familia, su trabajo, servicio, bienes, etc.?



BIBLIOGRAFÍA
Alberto Prokopchuk; "La soberania de Dios".
Charles Haddon Spurgeon, "¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío?", sermón predicado la mañana del domingo 4 de Mayo de 1856 en la Capilla de New Park Street, Southwark, Londres.
http://www.ublaonline.org/editorial/ap24.htm
http://www.adorador.com/temasdoctrinales/05_la_trinidad_de_dios.htm

domingo, diciembre 03, 2006

DIOS ES ESPÍRITU



Lectura bíblica: San Juan 4:24


Propósito de la charla: Comprender la doctrina acerca de la espiritualidad de Dios.



Los seres humanos vivimos en una realidad de dos y hasta tres dimensiones. En primer lugar somos seres materiales, de carne y hueso, que experimentamos la vida a través de los sentidos. Las experiencias más fuertes son las sensoriales. En segundo lugar somos seres psicológicos, tenemos una vida interior, reflexiva, imaginativa, etc., interpretamos la realidad, la recreamos y transformamos a partir de ello. He allí una importante diferencia con los animales. La tercera y más profunda dimensión es la espiritual, relacionada con la fe o capacidad de creer. Somos seres espirituales, trascendentes, capaces de relacionarnos con Dios.


UN DIOS INVISIBLE.
Esta triple realidad nuestra ha sido creada por un Dios invisible e imperceptible a través de los sentidos humanos. Fuimos hechos a semejanza de Él, pero Él no es a semejanza nuestra. Él no tiene una corporalidad. La Biblia en el libro de la Revelación se esfuerza por darnos a entender aquello (Apocalipsis 4:2,3). Si Dios tiene una psicología ésta no corresponde a una estructura cerebral ni a la presencia de un sistema nervioso central, como en el hombre, sino que es de absoluto carácter espiritual. La esencia del ser de Dios es espíritu, no hay elemento material en su ser. Dios no es materia, no depende de la materia ni tiene cuerpo.


UN DIOS RACIONAL Y MORAL
La única forma como nosotros podemos llegar a tener una idea acerca de la espiritualidad de Dios en forma concreta es pensando en nuestra propia vida o experiencia interior. Así como experimentamos un enorme vida interior, estamos llenos de recuerdos a los cuales damos un orden y una interpretación; así como somos capaces de soñar mundos y traerlos a la realidad; así como pensamos y razonamos, y para nosotros ello es tan real como la realidad concreta y material, Dios es similar. Dios piensa, habla y crea. Su pensamiento es voz, ya que no tiene boca. Y como nunca piensa mal jamás crea algo inadecuado. Si a los ángeles creó perfectos y algunos de éstos se rebelaron, eso Él ya lo sabía. Igual cosa con los humanos: nos creó libres y dispuso de antemano la redención para perfección de su criatura (Apocalipsis 13:8; 1 Pedro 1:19,20)


Necesitamos pensar en Dios como en una energía con vida mental y moral, más que en algo material. Dios es espíritu, declara Jesucristo: "Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos./ Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre./ Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad" (San Juan 4:22-24)


UN DIOS COMUNICATIVO
El espíritu forma la esencia del ser de Dios. La comunión con Dios, por ser una experiencia espiritual interior o subjetiva, nos lleva a creer que Dios es un ser espiritual. Desde el día de nuestra conversión comenzamos a tener una relación íntima y espiritual con el Señor. Esta experiencia es la que nos revela Su naturaleza espiritual. Si la relación con la Divinidad es por intermedio de iconos y sacramentales, aún estamos en camino de conocer la auténtica naturaleza del Padre. En el Antiguo Testamento Dios dispuso todo un sistema sacerdotal jerárquico, ritual y sensorial, por causa de la naturaleza humana. Aún hoy día muchos necesitan de elementos corpóreos y sensitivos para acercarse y "sentir" a Dios. Todos, en mayor o menor medida, estamos en esta situación.


No podemos ver a Dios ni alcanzarlo por ninguna forma de percepción sensorial. Pero sí podemos tener comunión con Él por medio de la fe. Por medio de esta experiencia espiritual, conocemos a Dios como un poder invisible y espiritual que opera dentro de cada cristiano.


UN DIOS REVELADO
Cuando la Biblia habla de las manos, ojos y boca de Dios, en realidad está adaptando el lenguaje a nuestra comprensión humana (Deuteronomio 5:15; 7:19; 11:12; 1 Reyes 8:15; 1 Crónicas 4:10; 2 Crónicas 6:4; 2 Samuel 15:25). Dios no podía revelarse de otro modo que no fuera en términos humanos: una zarza ardiente, agua que brota de la peña, milagros, una voz del Sinaí, etc. Los humanos tenemos la gran dificultad de no poder concebir a Dios en otros términos que no sean humanos, es decir siempre con referencia a la materia y la forma.


Esta dificultad, consistente en la necesidad de parámetros de tiempo y espacio, se resuelve en Cristo. Jesús es introducido por Dios en la Historia como un Dios-Hombre, concreto, palpable. El apóstol Juan declara: "Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida" (1 Juan 1:1)


San Juan dice en su Evangelio "Ningún hombre ha visto jamás a Dios, el Unigénito Hijo que está en el seno del Padre, él le declaró" (San Juan 1:18). Es categórico, nadie ha visto a Dios, ni el gran líder hebreo Moshé, מֹשֶׁה (Éxodo 33:17-23). La explicación que se da a veces es que no podemos verle, pues si así fuera, no soportaríamos su gloria, brillo, poder o autoridad; pero más clara y convincente es la razón que da Jesucristo: "Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad"


UN DIOS ENCARNADO
Jesucristo hizo tangible a Dios y a la experiencia de los hombres. Cristo es la imagen del Dios invisible, como la luz es el resplandor o proyección de una ampolleta o foco (Colosenses 1:15, Hebreos 1:3). Con la Encarnación y aparición del Hijo en nuestras coordenadas tiempo-espacio queda satisfecha esta necesidad de un Dios perceptible. Ahora podemos imaginar, ver y hasta representar a Dios, sin caer en idolatría ni herejía. Nadie se molesta porque se represente visualmente a Jesús en periódicos, revistas y museos. Tampoco si está presente en templos, aunque ello sea sospecha de una falta de fe, carencia de una comunión más espiritual con Dios. Aquello podría revelar cierta incapacidad de relacionarse espiritualmente con Jesucristo, pero no seamos tan extremos e iconoclastas. También puede ser un modo distinto de amar a Dios, abrazarse a una representación de Él. Ya han pasado cinco siglos desde la Reforma protestante del XVI como para sostener aún posiciones tan radicales. La idolatría, la adoración de imágenes, la búsqueda de dioses perceptibles, muestra esta necesidad que tenemos de una revelación tangible del Dios invisible (Hechos 17:24-29)


La revelación de Dios en Cristo es útil para revelarlo como Espíritu puro y al mismo tiempo de hacerlo real a los hombres. ¿Por qué envió Dios a Jesús a la tierra? Para darnos la posibilidad de expiar nuestras culpas en un Sustituto; pero también para revelarse con toda su Personalidad en un Hombre tangible. Jesús es la Palabra de Dios viva. Por boca de Jesús sabemos que Dios es espíritu, pero también vemos a un hombre de carne y hueso capaz de vivir los principios morales divinos declarados en los diez mandamientos. Dios es un Ser con Personalidad y un Ser Espiritual, con autoridad sobre todo lo creado por Él mismo. ¿Se ha revelado a usted este Dios que es Espíritu?


BIBLIOGRAFÍA.
Walter Thomas Conner, "Doctrina Cristiana"; Casa Bautista de Publicaciones, USA, 1962.
http://es.wikipedia.org/wiki/Reforma_Protestante
http://enciclopedia.us.es/index.php/Mois%E9s
http://www.ujcl.org/comentario168.html