sábado, noviembre 14, 2009

USTED HA NACIDO A LA FAMILIA DE DIOS.


CONVERTIDOS A JESUCRISTO
IV PARTE


Lectura bíblica: San Mateo 12:46-50

Propósitos de la charla: a) Comprender la definición de Iglesia como Familia de Dios; b) Identificar los rasgos característicos de la Familia de Dios y sus miembros; c) Conocer las responsabilidades de los cristianos como Familia de Dios; y d) Vislumbrar el futuro de la Familia de Dios.

“Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. / Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. / Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? / Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. / Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.”
(San Mateo 12:46-50)


Tres cosas llevamos aprendidas en esta serie de enseñanzas para recién convertidos, o para los que quieren recordar sus primeros pasos de fe, y es que: a) Usted se ha convertido a Jesucristo; b) Usted ha sido trasladado de Reino; y c) Usted ahora tiene vida eterna. Ahora veremos un cuarto aspecto: Usted ha nacido a la Familia de Dios.

Los cristianos somos designados en la Biblia de varias maneras; como “la Iglesia”, “el Cuerpo” “el Reino de Dios”, “la Casa de Dios”; pero también se nos nombra como “la Familia de Dios”. En esta lección nos enfocaremos en esta última perspectiva, puesto que hemos sido llamados a formar parte de ella. La gente de Dios es descrita con la imagen de una familia, ciertamente una hermosa designación que Dios da a Su Iglesia, el pueblo del Señor.

Ahora somos miembros de una nueva familia. Tal como pertenecemos a una familia natural, en la que tenemos padres, hermanos, hijos, etc., con una forma de ser, con valores propios, ideales, anhelos, metas, trabajos conjuntos, etc., desde nuestra conversión pasamos a formar parte de una “familia espiritual”, la familia de Dios: “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, / edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, / en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; / en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” (Efesios 2:19-22)

Toda criatura de la creación está bajo la autoridad de Aquél a quien le ha sido entregado todo poder: Jesucristo, en especial la Iglesia. Por eso la Biblia expresa: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, / de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra,” (Efesios 3:14-15)

Quienes son padres entienden perfectamente que es misión de los papás poner las normas del hogar, enseñar valores y conductas, de acuerdo a las creencias o filosofía de vida, a sus hijos. Asimismo en la Iglesia hay reglas que cumplir y conductas que se consideran cristianas. Por eso todo discípulo debe aprender a conducirse en la casa de Dios. La familia espiritual, también tiene un orden y normas de conducta: “Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, / para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.” (1 Timoteo 3:14-15)

¿Cuáles son los principales aspectos que debo saber acerca de la Familia de Dios? A semejanza de mi familia natural, mi familia espiritual tiene determinadas características, sus propias responsabilidades y un futuro que espero para ella. Hoy estudiaremos de la Familia de Dios:

· Sus características.
· Sus responsabilidades.
· Su futuro.


1. LAS CARACTERÍSTICAS DE LA FAMILIA DE DIOS.
A- Tiene a Dios como Padre.
Toda familia tiene un origen, un progenitor o padre. La familia de Dios también. Su Padre es un solo: Dios, al que llamamos Padre Celestial, para diferenciarlo del padre terrenal. Algunos podrán considerar a Adán como el padre de la raza humana, pero en verdad éste fue el primer hombre creado. Dios es nuestro Padre Eterno. Suele hablarse de Adán y Eva como nuestros “primeros padres”, ciertamente lo son en el aspecto natural, pero nuestro Padre sobrenatural es Dios. También se dice de Abraham que es el “padre de la fe”. El pueblo de Israel lo llama “padre Abraham” porque a él le fue dada por Dios la promesa de formar un gran pueblo, tan grande como la multitud de estrellas en el cielo. Es el primero que creyó a Dios esa promesa, por ser el primero que la escuchó, y desde ese punto de vista es padre y ejemplo para todo hombre de fe, sea judío o cristiano.

Mas en verdad tenemos un solo Padre: Dios. ¿Cuántos Dioses hay? Indudablemente hay un sólo Dios, que es Padre de todos los que creen en Él; como lo afirma la Escritura: “ Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), / para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.” (1 Corintios 8:5-6)

¿Qué significa que Dios sea Padre? Qué Él es el Creador de todo: “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” (Efesios 4:6) Podemos decir que Dios es Padre de todo lo que existe en el universo y dentro del planeta Tierra, es Padre de las criaturas; pero en rigor, bíblicamente hablando y desde el punto de vista espiritual, Dios no es Padre de todos. Tal vez esta aseveración a usted le sorprenda. Veamos qué dice la Biblia; cuando Jesús trataba duramente a los fariseos y maestros de la Ley: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (San Juan 8:44). Esto significa que nuestra paternidad espiritual va a depender de quién estamos sujetos, si de Dios, del diablo, de alguna deidad humana, etc. Por lo tanto, de acuerdo a este texto, Él no es el “padre espiritual” de los pecadores, los que son hijos del diablo. ¿Cómo llama Jesucristo al diablo? Dice que es el “príncipe de este mundo” y “padre de mentira”.

Queda claro, entonces, que la primera característica de la Familia de Dios, es que tiene un Padre que es Su Gestor.

B- El Hijo mayor, Jesucristo, está al mando de la Casa de Dios.
Como mayor prestigio que la Torre de Eiffel tiene Gustave Eiffel, el que la edificó; mayor es Miguel Ángel Buonaroti que el mural que pintó en la Capilla Sextina; es más importante cada faraón que mandó construir las pirámides, que las pirámides Keops, Kefrén y Micerinos; asimismo Dios es más importante que el Universo creado por Él.

Dios ha puesto a Jesucristo como Señor, Cabeza y máxima autoridad en el universo y sobre todo en la Iglesia. Que Dios es El más importante en la creación y Jesucristo, Su Hijo, tiene toda autoridad en Su Casa, queda muy claro en el siguiente párrafo: “3 Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo. 4 Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. 5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; 6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.” (Hebreos 3:3-6)

Cristo, el Hijo de Dios, sirve sobre la casa de Dios como Sumo Sacerdote, pudiendo cada cristiano acudir por medio de Él a Dios Padre. ¿Qué es más importante: el sacerdote o el templo? El sacerdote. ¿Qué es mayor: el Sumo Sacerdote o la Casa de Dios? Indudablemente el Sumo Sacerdote: “ y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios” (Hebreos 10:21). El rol del sacerdote siempre es servir de intermediario entre Dios y los hombres, y entre los hombres y Dios: “25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:25).

La segunda característica de la Familia de Dios es que tiene como máxima autoridad a Jesucristo, el Hijo de Dios e Hijo del Hombre.

C- Para ser de Su Familia hay que nacer de nuevo.
Llegamos a ser parte de esa familia por medio del nuevo nacimiento o regeneración: “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. / Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? / Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. / Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (San Juan 3:3-6).

La única forma de pertenecer a una familia es siendo pariente, es decir ser “parido” en ella, salvo cuando somos adoptados. Pero, en el caso de los cristianos, Jesús, el Dueño de Casa, nos dice que es imprescindible el nuevo nacimiento: “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” Si usted quiere ver y experimentar el reino o gobierno de Dios, tiene que nacer de nuevo. ¿Cómo se logra esto? Primero naciendo del agua y segundo del Espíritu. El agua es símbolo de la Palabra de Dios; podemos creer en Jesucristo cuando escuchamos acerca de Él en Su Palabra. Él ha dicho “Por mi palabra estáis limpios”. Así como el agua lava nuestro cuerpo, Su Palabra o enseñanza limpia nuestra vida y nos hace renacer. El Espíritu se refiere al Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Trinidad, que nos da la vida espiritual, la vida que viene de lo alto, de Dios. Como cubrió a María para gestar a Jesús, nos cubre el día de nuestra conversión para producir una nueva criatura en nosotros.

No nos confundamos, “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” Una cosa es la vida que adquirimos al nacer de la mamá, la vida biológica o “bíos”; otra es la vida del alma o “psique” que recibimos de Dios como soplo de vida; pero muy distinto es la vida que es soplada por el Espíritu Santo en el hombre, al nacer de nuevo, la vida “zoé”. Quien ha creído a su llamado ha pasado de muerte a vida. Esto, más que una metáfora, es la realidad divina de que al seguir a Jesús y vivir en Él, tenemos en nosotros "zoé", vida sobrenatural.[1]

Por eso Jesucristo dio la gran comisión, para que todos los que crean que Él es el Hijo de Dios que murió en la cruz por los pecadores, llegasen a ser “hijos de Dios” Nos convertimos en miembros de la familia de Dios al hacernos sus hijos mediante la fe. El versículo siguiente nos dice cómo opera esa fe para hacernos miembros de la familia: “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; / porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. … 29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Gálatas 3:26,27,29) Por medio de la fe en Jesucristo llegamos a ser nuevas criaturas.

La tercera característica de la Familia de Dios es que para pertenecer a ella hay que nacer de nuevo, por lo tanto son parte de ella sólo los que han nacido de nuevo. A veces hay dudas sobre ciertos hermanos, por sus actitudes y vida, si realmente son hijos de Dios. Si usted ha nacido de nuevo, a la Familia de Dios, entonces tiene una “nueva vida” con valores, ideales, actitudes, pensamientos, obras, etc. diferentes. Así se cumple aquello que dice la Escritura: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17). Y esto enlaza con el siguiente aspecto que estudiaremos sobre la Familia de Dios.

II. LAS RESPONSABILIDADES DE LOS DE LA FAMILIA DE DIOS.
1- Vivir una vida de piedad y santificación.
La familia de Dios es una familia especial, bendecida, donde hay vida, unidad, comunión, lealtad, responsabilidad, regocijo, salvación y está compuesta por aquellas personas que han obedecido de corazón la Palabra de Dios.

“Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, / Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.” (2 Corintios 6:17,18).

2- Caminar en luz.
La luz simboliza lo que es verdadero, lo puro; “el caminar en luz” es, pues, vivir una vida de pureza en conformidad a la verdad revelada por Dios en Su Palabra. “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” (1 Juan. 1:7) Esto abarca el practicar lo que es bueno y puro moralmente, lejos de lo pecaminoso y erróneo, ya que Dios es Luz, Sus hijos deben imitarle, “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” (Efesios 5:8) La Palabra de Dios nos enseña: “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.” (Efesios 5:1)

Nacer del agua y del Espíritu Santo a la familia de Dios. Para poder nacer es necesario morir a la antigua vida. No podremos dar fruto si no hacemos morir las viejas costumbres, antivalores y actitudes negativas. En el bautismo somos sepultados junto con Jesucristo y desde ese momento comenzamos a vivir para Él. Cuando nos convertimos, fuimos despojados del viejo hombre. por ello la Biblia dice: “ Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20)

3- Amarse unos a otros.
En la familia de Dios sus hijos deben amarse y tener una actitud de amabilidad, bondad y simpatía los unos a los otros: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. / Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” (Efesios 4:31-32)

Solamente en un ambiente de amor podrá haber efectiva edificación para todos los miembros: “Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; / sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.” (Gálatas 4:1,2).

La familia de Dios es un Cuerpo unido en el amor de Dios. Cada cristiano es un miembro del Cuerpo y sufre cuando otro miembro sufre. Los miembros se ayudan unos a otros ordenadamente, como en un cuerpo unidos por las articulaciones. Esta forma de articularse el cuerpo, se llama Discipulado: “de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” (Efesios 4:16).


III. EL FUTURO GLORIOSO DE LA FAMILIA DE DIOS.
La familia de Dios tiene la esperanza de una feliz reunión en el mundo venidero, los hijos de la familia de Dios son herederos de Dios y coherederos con Cristo: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. / Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” (Romanos 8:16-17)

El Apóstol bendice al Padre que nos hizo nacer de nuevo, a la familia de Dios. Vivimos, después del nuevo nacimiento, con una esperanza verdadera. Esta esperanza se basa en la resurrección de Jesucristo de los muertos: si Cristo resucitó, nosotros al unirnos a Él por la fe, también resucitaremos. La herencia que hemos recibido de Jesucristo es: a) Incorruptible, no se puede pervertir o corromper; b) Incontaminada, no tiene contaminación alguna; y c) Inmarcesible, no se puede marchitar. Esta herencia está reservada para los cristianos nacidos de nuevo, en los cielos. Somos guardados para recibir esa herencia, por el poder de Dios mediante la fe. Así alcanzaremos en el tiempo final, completa salvación de nuestro cuerpo, alma y espíritu, como lo señala el siguiente pasaje:

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, / para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, / que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 Pedro 1:3-5).


CONCLUSION
Usted ha nacido a la Familia de Dios. Esta familia tiene por características: Dios es su padre, el Hijo está a su mando y para pertenecer a ella hay que nacer de nuevo. Las responsabilidades de los de la familia de Dios son: 1- Vivir una vida de piedad y santificación; 2- Caminar en luz; y 3- Amarse unos a otros. La familia de Dios tiene un futuro glorioso para cada uno de sus miembros.

A la pregunta de Jesucristo, sobre quién es parte de Su Familia, ¿Quién es mi madre, o mi hermana y mi hermano?, Podemos responder con toda seguridad que es Familia de Jesucristo cada cristiano que hace la voluntad del Padre.

¿Quiere usted formar parte de la Familia de Dios? Si se ha convertido realmente a Jesucristo, si lo ha recibido en su vida como Señor y Salvador, si usted ha creído en Su nombre, entonces ha sido engendrado espiritualmente para el Reino de Dios y ahora pertenece a la Familia de Jesucristo, como asegura la Palabra de Dios: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (San Juan 1:12-13)



PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) ¿Qué características tiene mi familia natural?
2) ¿Cuál es la principal responsabilidad de mi grupo familiar?
3) ¿Qué futuro espero para mi familia?
4) ¿Cómo llegamos a ser bebés nuevamente? ¿Cómo podremos nacer de nuevo?




BIBLIOGRAFIA
1) “La Santa Biblia”, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers, USA.
2) “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España”, en línea, Internet.
3) Alfredo Chee, “La Familia De Dios”, febrero 2003; Editado desde Abril 22, de 1999
4) Jorge Ortiz, “La Familia De Dios”.

[1] Ver: Transmisión De La Vida De Dios, “El Discipulado” Lección Nº 7; pastor Iván Tapia.