jueves, abril 26, 2012

LA PUERTA DEL REINO SEGÚN JESUCRISTO.



LA PUERTA DEL REINO.
IV PARTE
Lectura bíblica: San Juan 10:1-18
Propósitos de la charla: a) Identificar la forma de entrar al Reino de Dios o “Puerta del Reino”; b) Evaluar si he cruzado realmente la Puerta del Reino de Dios; c) Tomar una determinación en caso de percatarme que aún no he entrado al Reino.
E
l Reino de Dios es un territorio espiritual. En ese territorio viven los que han recibido a Jesucristo como Señor y Salvador. El Reino de Dios gobierna los corazones y las mentes de quienes se han convertido a Jesucristo. El Reino de Dios es gobernado por el Rey de reyes. Quienes no habitan en ese Reino están en el otro “reino”bajo la potestad de las tinieblas, gobernado por Satanás, “príncipe de las tinieblas”. No hay un reino intermedio o un sector espiritual imparcial. Estamos bajo la autoridad de Cristo o estamos bajo la autoridad del diablo.
Ambos territorios son opuestos entre sí y quienes estamos del lado de Jesucristo luchamos por salvar a los que se encuentran en tinieblas. Para ello utilizamos las armas de la luz, principalmente la poderosa espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Pero ¿cómo puede una persona que está bajo la potestad de las tinieblas, acceder al Reino de Dios? Es la pregunta con que iniciamos esta lección:

¿Cómo puede una persona entrar al Reino de Dios?
En esta enseñanza analizaremos las respuestas de tres personajes del Nuevo Testamento registradas en la Escritura. Noson los únicos que señalan “la puerta” de entrada al Reino de Dios, pero bastan para comprender cómo accedemos a ese territorio espiritual. Veamos primeramente la respuesta que nos da Jesucristo en el Evangelio.
1. Reconociendo a Jesucristo como la Puertadel Reino.

“1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. / 2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. / 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. / 4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. / 5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. / 6 Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. / 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. / 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. / 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. / 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. / 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. / 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. / 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. / 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, / 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. / 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. / 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. / 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”(San Juan 10:1-18)

Podemos reconocer que Jesucristo es la puerta de entrada al Reino de Dios y a la salvación, porque en Su Persona se encuentran todos los atributos para jugar ese rol. Él es la Puertaporque:

1) Es un verdadero Pastor.
“1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. / 2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.” (San Juan 10:1,2)

En la parábola del redil el Maestro señala que el modo de saber si alguien es el verdadero pastor del rebaño es observando por donde entra. El falso pastor, el que pretende robarse las ovejas o asaltarlas para comer su carne y aprovechar su lana y pieles, no entra por la puerta del corral sino que sube por otro lugar. Del mismo modo, podríamos colegir, que una oveja que entra por otro lugar que no sea la puerta del aprisco no pertenece a ese redil, es una oveja extraña. El redil representa el Reino de Dios, el rebaño es figura de los creyentes, cada oveja es un cristiano o persona que está en la Iglesia, el falso pastor es el diablo y cualquier mal pastor o mal cristiano que roba y se aprovecha de las ovejas del Señor; el pastor de la parábola es Jesucristo, el Buen Pastor. Es necesario que toda oveja del Señor entre a Su Reino por la puerta establecida para éste.

2) Conquistó Su derecho.
“2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.” (San Juan 10:2)

Sólo el verdadero pastor entra por la puerta del redil, ingresa adecuadamente, como corresponde. Detengámonos a pensar cómo entró Jesucristo al redil, cómo ocupó el lugar de Pastor de las ovejas de Dios. 1) Por derecho propio, ya que es el Hijo de Dios, le corresponde estar al frente de la Casa de Dios; 2) No huyó de la muerte sino que la enfrentó, cumplió la misión encomendada por la Santísima Trinidad, dando su vida por la Humanidad; el falso pastor no ha dado su vida por nosotros sino que siempre ha procurado destruirnos y llevarnos con él y sus ángeles caídos; 3) Nos compró con Su sangre, dio la vida por Sus ovejas. En resumen: entró por la puerta y no se subió por otro lugar para alcanzar una posición de autoridad. Es el Señor del Reino de Dios y ese lugar lo ganó legítimamente.

3) Es reconocido como tal.
“3 A éste abre el portero…” (San Juan 10:3a)

Jesús nos cuenta que el redil tiene un portero que reconoce al verdadero pastor, así es que cuando él llega, como lo identifica, le abre inmediatamente la puerta, le saluda, y le deja entrar. Si alguien trabaja como gerente en una gran compañía y llega un día temprano para laborar en unos asuntos que necesitan rápida solución, se acerca a la puerta, toca el timbre, le pregunta el empleado de guardia, portero o nochero, por el citófono ¿quién es?, ¿qué desea?, el hombre responde: Soy yo, el jefe ¿no me reconoces por el monitor? Entonces, al ver su rostro en la pantalla, el portero le abre inmediatamente. Jesús fue inmediatamente reconocido en el cielo como el victorioso Hijo de Dios resucitado de entre los muertos, que venía a tomar posesión del Reino de Dios. Él volvía con la misión cumplida a cabalidad y tras él venían muchos santos del Antiguo Testamento, San Juan Bautista y el ladrón bueno, pues la Palabrade Dios dice: “…Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. / Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? / El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.” (Efesios 4:8-10) Podríamos pensar que el portero del Reino es el Espíritu Santo que abre la puerta al Señor y a todo aquél que es un verdadero hijo de Dios. Sin embargo ¡cuántos falsos cristianos hay en la Iglesia! Como advierte el Señor en otra parábola, la del trigo y la cizaña.

4) Las ovejas le reconocen.
“14 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.” (San Juan 10:14)

Por su parte, las ovejas reconocen la voz de su Pastor, como un perro identifica la voz y características de su amo. Nosotros sabemos quién es nuestro Señor, cómo procede Él, qué valores tiene, cuan grande es Su amor para con sus criaturas, sin embargo todavía nos engañamos a veces y no sabemos distinguir entre Su voz y las sugerencias del maligno. Todo cristiano debe agudizar ese sentido espiritual para reconocer la voz del Señor y diferenciarla de las otras voces que quieren engañarle: su propia carne, el mundo y el diablo. El que no es oveja del Señor se va con el primero que le conquista, es atraído por otras voces. Cuidémonos mediante la oración y la permanente reflexión de la Palabra de Dios para desarrollar esas “orejas espirituales” que necesitamos para escuchar al Señor.

5) Atiende a cada una de Sus ovejuelas.
“3… y a sus ovejas llama por nombre, y las saca” (San Juan 10:3b)

Otra cosa interesante es que el Pastor nombra a cada una de sus ovejas por su nombre. Llama a “Panchita” y ésta viene, llama a “Campana” y ella bala y va, llama a “Negrilla”, la cual se sacude, lanza un balido y rápidamente se acerca al Pastor. Asimismo es con nosotros el Señor, hablándonos individualmente ¡Qué maravilla es pensar que ahora mismo hay millones de cristianos en todo el mundo, conversando con el Pastor de sus almas, y Éste escucha y responde a cada uno individualmente! Los humanos no podemos hacer esto. Una maestra de niños puede ser una excelente profesora y amar mucho a los pequeños, pero le será imposible escuchar a todos a la vez. Compadezco a las parvularias que deben soportar el bullicio de los niños, gritando, hablando y pidiendo todos a la vez, y ella con santa paciencia, procurando atender a cada uno. El Señor sí que tiene Santa paciencia con nosotros, pero también, por ser Dios Omnipotente y Omnipresente, puede atender a cada uno de Sus hijos en particular a la vez.

6) Guía el rebaño a buenos pastos.
“3… y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. (San Juan 10:3)

Jesucristo guía a las ovejas. Dice la parábola que “a sus ovejas llama por nombre, y las saca.” El cristianismo se caracteriza por ser una fe comunicable, con el especial mandato de su Fundador de predicarla por toda la tierra. Es deber de cada cristiano dar a conocer el Evangelio; no es el deseo de Dios que nos quedemos encerrados en nuestras casas, en un monasterio ni en una cueva en la montaña –“No te pido que los saques del mundo” – sino que salgamos y anunciemos la buena noticia. Por eso Jesús saca a sus ovejas. Ellas están protegidas en el redil, pero necesitan pastos donde alimentarse y Él las conducirá a esos pastos.

7) Las ovejas le reconocen por Su Voz.
“4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.” (San Juan 10:4)

El pastor de la parábola no saca a todas las ovejas del redil sino que a “todas las propias”. Van con Jesús sólo los que han creído en Él y Su mensaje. Los que no le consideran Salvador, Dios ni Señor, los que dudan o niegan Su existencia, los que se ríen de Su Evangelio, esos no son ovejas propias del Señor y no le siguen. Si usted es una verdadera oveja de Jesucristo, le seguirá a Él y a Sus representantes. Es muy importante que usted identifique la Voz del Pastor. Fíjese que la Palabra de Dios no habla de la figura, el olor u otro aspecto sensorial del Pastor, sino que de Su Voz, es decir Su lenguaje. Es tan importante este aspecto que la Biblia lo destaca: “las ovejas le siguen, porque conocen su voz.” La voz es lo que se habla, no sólo el tono de ella, más o menos dulce, o áspera, autoritaria o calmada. También es lo que dice, el contenido de Su comunicación. Identificar y escucharla Voz de Dios es discriminar entre los falsos mensajes y el mensaje verdadero. No se trata de una cuestión emocional sino muy racional. Si usted estudia la Palabra de Dios estará más capacitado para distinguir Su Voz, porque Él no habla mentira.

8) Las ovejas no conocen la voz de los extraños.
“5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.”(San Juan 10:5)

Conocer la voz del Salvador es clave para defendernos del mal. Las ovejas huyen de aquél que no es su pastor, no siguen al extraño. Les basta con desconocer la voz del falso pastor. Ellas se guían solamente por la voz del pastor, no necesitan conocer otras voces. En cierto modo son “tontas”. No requerimos aprender a identificar al diablo y sus secuaces, si conocemos al Señor. Nos debería bastar con conocer a Jesucristo. Así dice la Biblia: “Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.”Esfuércese cada día en conocer, experimentar y alimentarse de Jesús, escuche Su Palabra diariamente, y no necesitará hacer cursos para identificar al enemigo, pues Él estará cerca suyo para defenderlo. Sea una oveja sumisa del Señor, que sólo conoce a Él y Su Voz.

9) Él mismo declara ser la Puerta de las Ovejas.
“6 Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. / 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas” (San Juan 10:6,7)

El texto llama a esta parábola“alegoría”. Una alegoría es una ficción en virtud de la cual algo representa o significa otra cosa diferente. Llamase parábola a la narración de un suceso fingido, de que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral. Jesús terminó de contarla pero ellos no la entendieron. Entonces les explicó: “De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.” Jerusalén tenía una puerta muy importante, la Puerta de las Ovejas,a través de la cual se traían las ovejas a la ciudad para ser sacrificadas en el altar. Jesús se identifica a sí mismo como esa puerta de la ciudad, porque Él será el único camino para llegar al Padre y encontrar salvación; y porque Él será el único acceso para entrar al Reino de Dios

10) Es el auténtico Salvador.
“8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.”(San Juan 10:8)

Cualquiera que viene a nuestra vida planteándose como salvador, el que nos solucionará todos los problemas, dará todas las respuestas, etc. es falso si no es Jesucristo. Sólo Él es el auténtico Salvador, Luz del mundo, Pan de Vida, Camino y Verdad. Los demás, dice Jesús, sólo son ladrones y salteadores. Antes de Cristo hubo quienes pretendieron engañar al pueblo, “pero no los oyeron las ovejas”.

11) Es la única Puerta.
“9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.”(San Juan 10:9)

Entrar por la Puerta, Cristo, nos trae salvación. ¿De qué? De la muerte eterna, del infierno, de vivir una vida infeliz y sin sentido. Atravesar esta Puerta nos acarrea libertad y alimento espiritual abundante y bueno, que sacia completamente el alma y el espíritu; la oveja “entrará, y saldrá, y hallará pastos”. El Maestro es muy claro y asevera: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo” ¿Cuál es la puerta a la salvación, entonces? ¿Será mi propio esfuerzo? ¿Será una mujer o un hombre santo del cual somos muy devotos? ¿Será la Iglesia? ¡No! Jesucristo es la única Puerta, “porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:7-12) Además"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Timoteo 2:5)

12) Vino a deshacer las obras del diablo.
“10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (San Juan 10:10)

En esta frase de Jesús se contraponen el ladrón y asesino de las ovejas con el buen pastor. El primero es el diablo que vino a este mundo a robarle al hombre su condición de amigo e hijo de Dios, a matar su cuerpo y destruir todo lo que Dios le había dado para ser feliz en el universo. Mas el Salvador vino para reconciliarnos con el Padre y devolvernos la alegría, para otorgarnos la vida que viene de Él. Siempre Jesucristo será el que regale la vida al ser humano. En las más duras circunstancias, Él no se burlará ni será indiferente, sino que querrá darnos la salida, Él lanzará Su salvavidas.

13) Es el buen Pastor.
“11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. / 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. / 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. /”(San Juan 10:11-13)

También Jesús se autodefine como “el buen pastor” que ama tanto a sus corderos y ovejitas, que llega a dar su vida por ellas. No es como el otro, que no ha comprado a precio de sangre las ovejas, sólo es un asalariado, y cuando ve venir al lobo, deja las ovejas y huye. Entonces el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Tanto el asalariado como el lobo son enemigos de las ovejas. El lobo las ataca, pero el mal pastor no las defiende y prácticamente las entrega al enemigo. ¿Puede hacer esto un pastor, que al ver a las ovejas a su cargo, en peligro de muerte espiritual, las abandone? Jesús explica: “el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.” Sólo le importa el salario. La relación de un pastor o cuidador de ovejas o cristianos, con su trabajo no puede ser la de alguien que lo hace sólo por un sueldo, sino que más bien la de un padre con sus hijos espirituales. El salario es sólo una añadidura, no es el fin del pastor. La misión del pastor es cuidar las ovejas,“apacentar” el rebaño de Dios: “1 Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: / 2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; / 3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.” (1 Pedro 5:1-3)

14) Hay mutua confianza entre Él y su rebaño.
“14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, / 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.” (San Juan 10:14,15)

El buen pastor conoce a sus ovejas, y éstas también le reconocen. Lo mismo sucede con el Pastor de los cristianos y debiera suceder con los pastores de la Iglesia y sus fieles. Igual cosa se observa en la relación de Dios Padre con Jesucristo: el Padre conoce al Hijo, y el Hijo conoce al Padre; el Padre sabe que el Hijo cuidará de Sus amados hijos hasta la muerte, como el buen pastor con las ovejas.

15) Sabe de otro redil.
“16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.” (San Juan 10:16)

En Israel estaban las ovejas judías del Padre. A esas mayoritariamente atendía Jesús. Pero Él sabía que el corral de Dios es mucho más amplio que una etnia. Por eso Anunció: “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”Indudablemente no se refería a extraterrestres ni al pueblo americano, sino a todo el resto de la Humanidad no judía, los llamados “gentiles”, tarea que entregaría primeramente al Apóstol Pedro y luego a San Pablo.

16) Vino a cumplir una misión como Hijo de Dios.
“17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. / 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.” (San Juan 10:17,18)

En este pasaje, el Salvador anticipa su muerte y resurrección: “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.” Aclara que nadie le quitará la vida sino que por voluntad propia –ciertamente Divina –Él la entregará, para salvación de muchos. Jesucristo tiene la completa autonomía, autoridad y poder para dar Su vida como “para volverla a tomar”, ya que esta es la misión que Su Padre le encargó. Del mismo modo Él encargará después la gran comisión a todos los cristianos.

Sólo podemos acceder al Reino de Dios a través de la única Puerta señalada por Dios: Su Hijo Jesucristo, muerto en la cruz del Gólgota. Por eso le invito, a usted que aún no ha decidido aceptar este mensaje y seguir al Señor Jesucristo, que tome ahora esta determinación. No hay cosa más importante y de tanta trascendencia en la vida que recibir a Cristo como Salvador y Señor. Es tan importante esta decisión porque involucra su vida eterna, no se trata de una simple elección de iglesia o religión sino si usted pasará una eternidad con Dios o en el infierno.

Ya sabe usted que Jesucristo es la única Puerta de acceso al Reino. Jesús es el verdadero Pastor que usted necesita. Él conquistó ese derecho sobre usted cuando murió en la cruz. El Espíritu Santo le reconoce como tal. Usted también puede ser una de Sus ovejas y reconocerle. Si usted lo hace, Él le atenderá como a cada una de Sus ovejuelas y le guiará a buenos pastos, junto a Su rebaño. Usted podrá reconocer Su dulce Voz. Ya no seguirá más la voz de los extraños. Sí, Él es la Puertade las Ovejas, el auténtico Salvador, la única Puerta. Vino a deshacer las obras del diablo, es el buen Pastor. Si lo lleva en su corazón habrá mutua confianza entre Él y usted. ¿Recuerda que Jesús habló de otro redil? Se refería a los gentiles, redil al que pertenecíamos usted y yo. Hace más de veinte siglos Él ya sabía de nuestra existencia y necesidad, y tuvo misericordia de nosotros. Porque vino a cumplir una misión como Hijo de Dios: salvarnos de la condenación eterna.

Arrepintámonos de nuestros pecados, de esta rebeldía que hemos arrastrado por años. Examinemos nuestras conciencias e identifiquemos cuáles son las faltas con que hemos ofendido a Dios y pidámosle perdón. Luego, definitivamente, entreguemos la vida a Jesucristo y atravesemos la Puerta.

Este texto es parte del Capítulo IV de nuestro libro "LA PUERTA DEL REINO", cuyos capítulos son los siguientes: 1) EL REINO EN DOCE PREGUNTAS; 2) SATANÁS, EL ADVERSARIO; 3) EL REINO DE TINIEBLAS; 4) TEST MI PERFIL CRISTIANO; 5) LA PUERTA DEL REINO; 6) ARREPENTIMIENTO; 7) BAUTISMO; 8) BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO; y 9) RESUMEN DE LOS TRES ASPECTOS DE LA PUERTA DEL REINO.