jueves, octubre 31, 2013

SOLO POR FE.

Martín Lutero clava las 95 tesis en  Wittemberg

LA FE REFORMADA.
TEMA I

Pastor Iván Tapia

Lectura bíblica: Romanos 1:17; Gálatas 1:6-9

Propósitos de la charla: a) Comprender y valorar los postulados de la Reforma protestante; b) Comprender que la salvación no se logra por obra alguna sino por fe; c) Clarificar y aplicar los conceptos de Evangelio, justicia,  fe y justificación.

“6 Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. / 7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. / 8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. / 9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.” (Gálatas 1:6-9)

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17)

 

H

ijo alemán de un minero en el año 1483, Lutero estuvo bien familiarizado con la pobreza. Su padre logró proveerle de una educación elemental y después de eso tuvo la oportunidad de estudiar en la universidad de Erfurt donde completó el grado de Bachiller y se convirtió en Maestro de Artes en el año1505. En ese mismo año ingreso al monasterio Agustino de Erfurt buscando la paz espiritual. Para él, Cristo era como un Juez terrible. Paso muchos días en ayuno y en mortificación corporal, buscando el perdón de sus pecados. Unos años más tarde Lutero  se fue a Roma en viaje de negocios de la orden de los Agustinos y tuvo la oportunidad de ver por sí mismo el papado, el cual fue una desilusión para él. En 1512 completó un doctorado en Teología en la Universidad de Wittemberg donde se convirtió en profesor de Teología.

Entre los años del 1514 al 1518 Lutero hizo conferencias sobre los Salmos, Romanos, Gálatas, Hebreos y Tito, cuando eventualmente llegó a aceptar la doctrina de la justificación por medio de la fe. Abandonó la interpretación eclesiástica tradicional que prevalecía en ese tiempo, a favor de una interpretación más literal y gramatical de la Biblia. La influencia de Martín Lutero aumentó al convertirse en el encargado de 11 monasterios en 1515. En ese mismo año fue llamado por el consejo municipal de la ciudad de Wittemberg al púlpito de su iglesia. Eso le dio la oportunidad de dar a conocer sus puntos de vista directamente a los laicos. El asunto de las indulgencias lo puso en la mira de toda Europa donde inicialmente una indulgencia procuraba la remisión de un castigo impuesto por la Iglesia Católica Romana a quien no cumplía con un mandamiento religioso. Al principio se podía conseguir la indulgencia y/o perdón de todos los pecados combatiendo en la lucha contra los infieles durante las cruzadas, también conocida como guerra santa, lo que fue tomado de los musulmanes, quienes aun practican el “Jijad” o guerra santa como uno de sus fundamentos más importantes según lo escrito en su libro sagrado, El Corán. Luego gradualmente esto fue cambiado por sacrificios financieros en lugar de riesgos físicos. De esta manera se fincaron monasterios, iglesias, etc.

Lo que más inquietaba a Martín Lutero era la promesa de la plena remisión de pecados, del castigo en el purgatorio a los vivos y la seguridad que daba a los compradores de que a sus seres amados en el purgatorio se les podía perdonar sus pecados sin confesión ni arrepentimiento. Entonces se logró que fuera prohibida la venta de indulgencias en la ciudad de Wittemberg donde predicaba Lutero. Pero cuando vio que sus ciudadanos salían a otros pueblos a comprar indulgencias, viendo el efecto de la venta de reglas morales y éticas en sus feligreses, decidió clavar sus famosas 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittemberg el día 31 de octubre de 1517 como protesta en contra de la venta de indulgencias con la intención de que fuesen debatidas y fueron escritas en latín. Copias de las 95 tesis llegaron a toda Europa, causando gran entusiasmo popular.

Viendo que el abuso en la venta de indulgencias no había sido condenado por el Papa León X le envió una explicación. El Papa demandó que compareciera como sospechoso de herejía. Lutero pidió consejo a Federico el Sabio de Sajonia sobre cómo afrontar esta situación. Lutero fue paulatinamente rechazando la autoridad del Papa y de los concilios y comenzó a basarse sólo en enseñanzas de las Escrituras. El papa trató de echarle mano pero no pudo porque estaba bajo la protección de Federico el Sabio. Éste se llevó a Lutero  al castillo de  Wartburg donde tradujo el Nuevo Testamento  al alemán. Eventualmente fue excomulgado por la iglesia de Roma.

Lo que comenzó como una reforma pronto se convirtió en una revolución y bajo la protección de Federico lanzó un nuevo movimiento religioso. El Papa en su intento por detenerlo, quiso prohibir la diseminación del movimiento luterano. Algunos príncipes y ciudades protestaron contra esto y fue de aquí donde se originó  el nombre de “protestante” que pasó a todo el movimiento. En su predicación Lutero expuso tres grandes puntos que hasta el día de hoy sustentan el pensamiento protestante o evangélico:

1.      Sólo Fe: La Justificación es solo por la fe en Jesucristo.

2.      Sólo Gracia: La salvación sólo se recibe por la gracia.

3.      Sólo Escritura: La Biblia es la única fuente de autoridad del creyente para la doctrina y la práctica.
 

¿En qué consiste el principio reformado de sólo Fe?
 

Los cristianos protestantes y evangélicos interpretamos que la salvación se recibe solamente por medio de la fe, de acuerdo a lo que dice el Apóstol: Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17)

En este versículo, como en toda la carta a los Romanos, se utilizan unos conceptos que son muy importantes de aclarar: evangelio, justicia, fe y justificación; éstos nos ayudarán a entender que el principio reformado de sólo Fe consiste en:
 

1. Creer en el Evangelio.

El Evangelio es el mensaje de Jesucristo para la Humanidad, son las buenas nuevas de gran gozo. Este mensaje tiene gran poder: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Romanos 1:16) El Evangelio es, entonces, un mensaje poderoso para la salvación de los seres humanos.

Se nombra como evangelio a cada uno de los escritos que relatan la vida de Jesucristo, desde su nacimiento hasta su resurrección: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Por eso a estos escritores se les ha llamado “evangelistas”. El cuerpo de esos cuatro libros también se ha llamado evangelio. Pero el Evangelio es por excelencia el mensaje o predicación de Jesucristo; Él predicó Su Evangelio y envía a sus discípulos a hacer lo mismo: “15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. / 16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos 16:15,16)

El principio reformado de sólo Fe consiste en creer en el Evangelio.
 

2. Confiar en la justicia de Dios.

La Justicia de Dios no es la idea que habitualmente tenemos. La teología tradicional estaba controlada más por los puntos de vista occidentales sobre la justicia que por la justicia que Dios ha revelado en el evangelio de su Hijo. Muchas veces se usa la palabra justicia cuando se discuten sobre los derechos sociales y políticos de las personas, pero en la Biblia se refiere preferentemente a otra forma: la justicia de Dios. Es en el Evangelio que se nos revela esta justicia: Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe…” (Romanos 1:17b)

El Antiguo Testamento tiene una palabra, sadaq, tanto para rectitud como para justicia. El griego del Nuevo Testamento también tiene una palabra, dikaiosune. De esta manera, "justicia es rectitud y rectitud es justicia". En el idioma hebreo, justificar es simplemente la forma verbal de la palabra sadaq, justicia, es decir, significa hacer justicia o hacer que se haga justicia. Sadaq es la palabra más importante en el Antiguo Testamento que describe el carácter y la actividad de Dios, como se aprecia en estos pasajes:

“7 Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham; / 8 y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo.” (Nehemías 9:7,8)

“11 Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos. / 12 Y él ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén. / 13 Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad. / 14 Por tanto, Jehová veló sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos a su voz.” (Daniel 9:11-14)

Es también la palabra más apropiada que distingue al pueblo de Dios del resto de la humanidad. No existe ningún concepto en el Antiguo Testamento con un significado tan central para todas las relaciones de la vida humana como el de sadaq-justicia. Cuando una parte cumple las demandas de una relación, esa parte se conforma a lo que debe ser. Entonces existe un estado de sadaq justicia. Por esto, sadaq concierne al correcto orden de las cosas, es decir el correcto ordenamiento del mundo de acuerdo con la Divina intención. La justicia es conformidad con el orden creado de las cosas. Cuando hasta los pesos y las medidas son fieles a lo que deben ser, se dicen que son sadaq, es decir, justos “35 No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida. / 36 Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto.” (Levítico 19:35,36). Cuando los sacrificios son lo que deben ser, también se dice que son sadaq: “Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad en Jehová.”  (Salmos 4:5) “15 Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza. / 16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. / 17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. / 18 Haz bien con tu benevolencia a Sion; Edifica los muros de Jerusalén. / 19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.” (Salmos 51:19).

Justicia (sadaq) significa que Dios es fiel a la promesa de su pacto; es Su compromiso de actuar a favor nuestro, con bondad y generosidad. Justicia es el ordenamiento de las cosas de acuerdo con el propósito divino; por lo que está asociada con los actos de liberación de Dios. Justicia de Dios es Su gracia salvadora, la que muestra que Dios es fiel a sí mismo. Esta justicia de Dios se revela en el Evangelio.

El principio reformado de sólo Fe consiste en confiar en la justicia de Dios.
 

3. Creer en Jesús.
 
La Fe es “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1), es estar completamente seguros de la Verdad del Evangelio de Jesucristo. La fe nos permite reconciliarnos con Dios pues “…sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6)

Un pastor escribió: “La fe es el título de propiedad que nos garantiza que las cosas que esperamos son nuestras a pesar de que no las veamos con nuestros ojos físicos. La fe nos da la seguridad de las cosas que estamos creyendo ya son nuestras. La fe es el brazo que se extiende al mundo espiritual y recibe las cosas que Dios ya nos dio.” La fe cristiana se sustenta en la Palabra de Dios, pues “… la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17)

La vida sobrenatural de Dios alcanza al que tiene fe: “1 Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja. / 2 Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. / 3 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. / 4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.” (Habacuc 2:4) Esta fe no es una fe cualquiera, es la confianza en Jesucristo y Su Evangelio.

¿Qué significa que en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe”? Significa que la persona es salva cuando cree en Jesucristo como Salvador y a partir de ese momento comienza a desarrollar esa fe. También implica que en la nueva vida desarrollará la fe como un fruto del Espíritu Santo: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe” (Gálatas 5:22). Por otro lado, algunos cristianos serán bendecidos con el “charisma” de la fe: “8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; / 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.” (1 Corintios 12:8,9)

El principio reformado de sólo Fe consiste en creer en Jesús.
 

4. Comenzar a vivir por fe.
 
El Justo es el que obra justicia. Hay una justicia que es de Dios y es aquella que nos perdona, salva, cubre, sana, etc.; es la justicia que se demostró en la cruz. Esa justicia nos hace justos por imputación. Decimos que somos justos porque hemos sido “justificados”, no porque intrínsecamente lo seamos, sino porque Jesús borró nuestros pecados con Su sangre.

Pero hay una segunda justicia, de igual importancia, porque lo que Cristo hizo no lo hizo por sí mismo sino por ti y por mí. La otra es la justicia que poseemos por la fe. Lutero llama la segunda una justicia propia, es decir una justicia que propiamente se hace nuestra por fe. La justicia primaria está basada en la obra de Cristo y no llega a nosotros por algo que nosotros hayamos hecho o podamos hacer, sino solamente por la fe. Explica el doctor Martín Lutero: “La segunda clase de justicia es nuestra justicia propia no porque la obramos solos, sino porque la obramos con aquella primera y ajena justicia. Esto es como la vida se pasa con provecho en buenas obras... Esta justicia consiste en amor al prójimo... y en mansedumbre y temor hacia Dios”. De modo que somos justos porque Cristo murió por nosotros y porque comenzamos a obrar en justicia. Por eso San Pablo dice: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17)

El principio reformado de sólo Fe consiste en comenzar a vivir por fe.
 

CONCLUSIÓN.
El ser humano vive en incredulidad. Cuando es tocado por el Espíritu Santo y la Palabra de Dios, sus ojos son abiertos y comienza a creer en Jesucristo, Su sacrificio en la cruz y el Evangelio que él trajo a este mundo. La salvación no se logra por obra alguna sino por fe.  El principio reformado de sólo Fe consiste en: 1) Creer en el Evangelio; 2) Confiar en la justicia de Dios; 3) Creer en Jesús; y 4) Comenzar a vivir por fe.

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1) ¿Cuáles son los tres principios básicos de la Reforma protestante o evangélica?

2) ¿De qué forma ha experimentado usted el poder del Evangelio?

3) Dada su experiencia cristiana, ¿cómo hace justicia Dios en nuestra vida?

4) ¿Qué verdades del Evangelio usted ha hecho suyas y ahora las vive con fe?

5) ¿Cómo interpreta usted la frase Mas el justo por la fe vivirá.”?

 
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·         “La Santa Biblia”, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers, USA.
·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España”, en línea, Internet.
·         “La justificación por la fe: nuestra herencia de la reforma luterana y la doctrina por la cual la Iglesia se queda firme o se cae.”; Arnold J. Koelpin; Martin Luther College; New Ulm, Minnesota, USA.
·         “El Escándalo de la Justicia de Dios”; Robert D. Brinsmead; Traducido de Verdict; 1983.
·         “Lo que es la fe”; Pastor Ricardo Botto; sitio web “El ciber pastor” http://elciberpastor.wordpress.com/httpespiritudefecom/