domingo, julio 24, 2016

ONCE, EL NÚMERO DEL CAOS.

NUMEROLOGÍA BÍBLICA.
© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “22 Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.” (Génesis 32:22) 

“16 Después partieron de Bet-el; y había aún como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto. / 17 Y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo. / 18 Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni [hijo de mi dolor]; mas su padre lo llamó Benjamín [hijo de mi diestra]” (Génesis 35:16-18)

Idea central: El número once simboliza desorden, imperfección, desorganización y desintegración. 

Propósitos de la charla: a) Comprender el significado que tiene el número once en la Biblia; b) Comprender y aceptar que los cristianos estamos bajo la autoridad de un Dios de orden; c) Comprender y valorar que somos llamados a la perfección; d) Comprender y poner en práctica el concepto de organización; y e) Rechazar la desintegración y vivir la integración en todos sus aspectos. 

Resumen: El número once es un número imperfecto, al contratrio del diez y el doce; implica el caos tanto a nivel personal como social. La Biblia lo utiliza como símbolo de desorden, imperfección, desorganización y desintegración. La cantidad de años vividos por Jesucristo como hombre en esta Tierra (11 x 3=33) indica que la obra redentora no sería completa hasta después de muerto. Era necesario que Él pasara de la oscuridad de la muerte a la luz de la resurrección. 

S

i diez es el número que marca la perfección del orden de Dios, entonces once es una adición o agregado a ese orden, trastornándolo y haciendo que pierda su normal característica, especialmente en sentido moral o espiritual, es decir subvirtiéndolo y deshaciéndolo.  

Del mismo modo, si doce es el número que denota la perfección del gobierno divino, entonces once no lo alcanza. Por tanto, sea que consideremos el once como 10 más 1 o como 12 menos 1, once es un número negativo e imperfecto. No hay mucho acerca de este número en la Palabra de Dios, pero lo que hay es muy significativo. 

¿Qué denota el número once en la Biblia? 

1. El número bíblico once denota desorden.
“5 Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. / 6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. / 7 Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. / 8 Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá? / 9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; / 10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él. / 11 Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. / 12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. / 13 Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. / 14 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; / 15 y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él. / 16 Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.” (San Juan 11:5-16)

El Maestro amaba a esta familia, estos tres hermanos que vivían en Betania: Marta, María y Lázaro. Cuando escuchó que estaba enfermo –no podemos decir “cuando supo”, porque indudablemente lo sabía- en vez de acudir de inmediato a Betania, se quedó dos días más, así podría hacer el milagro de la resurrección. ¿Será por eso que aún no regresa Jesús? Tiene que esperar que este mundo esté bien muerto de espíritu, para regresar a resucitarlo.  

Entonces recién le dijo a Sus discípulos: “Vamos a Judea otra vez.” A ellos les preocupaba que el Maestro se expusiera a la lapidación, pues los judíos le buscaban: ¿Otra vez irás allá? Es muy interesante y profunda la respuesta de Jesús: “¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; / 10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.” 

El día tiene sólo doce horas. Las doce restantes son noche y oscuridad. El que camina en la luz no puede tropezar, puesto que ve la luz de este mundo. Nótese que dice “de este mundo”, o sea que hay otro tipo de luz que puede iluminarnos para caminar. Se refiere a la luz del Espíritu; Él camina en esa luz, así es que sabe hacia donde va; ellos no pueden criticarle ni advertirle. Jesús sabe que Lázaro está muerto; sabe que es perseguido por los judíos y sabe que le apresarán, torturarán y crucificarán en Jerusalén; como también sabe que resucitará al tercer día. Lo sabe todo porque camina en la luz. Quien no tiene esa luz, tropieza en la oscuridad, vive en una noche espiritual. 

Algo más les dijo: “Nuestro amigo Lázaro duerme y voy para despertarlo”. Ellos pensaron que estaba muy enfermo y dormía, pero Jesús se refirió así a la muerte. Luego el Señor les expresó Su alegría por tener ellos la oportunidad de crecer en fe al ser testigos de un milagro de resucitación. 

La hora 11 es una hora antes de terminar el día y venir la noche. Si lo enfocamos dentro de la historia del cristianismo, podríamos decir que la primera hora del día es la era de los primeros cristianos, la de los apóstoles y, avanzando en el tiempo, la hora once sería la última hora antes del regreso del Señor. La hora 11 es una hora de desorden, caos, destrucción. 

El número bíblico once denota desorden, mas los cristianos estamos bajo las órdenes de un Dios de orden. 

2. El número bíblico once denota imperfección.
José tenía 30 años cuando compareció ante Faraón[1]: “Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.” (Génesis 41:46) 

Cuando le vendieron era de 17 años: “Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.” (Génesis 37:2); “26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? / 27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. / 28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.” (Génesis 37:26-28) 

En Egipto, José estuvo dos años en la cárcel: “1 Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río; / 2 y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado.” (Génesis 41:1,2) 

Si José salió de la cárcel cuando interpretó el sueño del faraón, teniendo 30 años, y estuvo en la cárcel 2 años, significa que fue encarcelado a los 28 años. Si a esa edad le restamos los 17 que tenía cuando fue vendido, obtenemos la cantidad de tiempo que estuvo en casa de Potifar: 11 años. 

¿Cómo fueron esos once años en casa de su amo Potifar? Le sirvió con responsabilidad, como si fuera para el Señor, pero fue un esclavo con rango de administrador: “1 Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá. / 2 Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. / 3 Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano. / 4 Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. / 5 Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo. / 6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.” (Génesis 39:1-6) 

Apreciado por su amo, cuando llegó la hora de la prueba, éste no le defendió: “19 Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor. / 20 Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.” (Génesis 39:19,20 

Los once años de José en casa de Potifar no fueron totalmente malos, pero tampoco fueron perfectos. Tuvo el aprecio y el reconocimiento de su amo, desarrolló y aplicó su don administrativo para dar prosperidad a otros, pero su reposo se desintegró cuando vino la falsa acusación del diablo. El número de 11 años vividos por José en casa de Potifar, expresan simbólicamente una imperfecta tranquilidad.  

A todos nos sucede en la vida que podemos llevar una vida tranquila, pero de pronto algo sucede que quiebra ese reposo. Puede ser el fallecimiento de un ser querido, una enfermedad repentina, un problema económico o laboral, etc. Esta es la naturaleza de la vida humana, su inestabilidad; en cualquier momento se quiebra la tranquilidad. En verdad estas son las circunstancias externas, pues en nuestro interior todo debería seguir en calma. Los creyentes en Dios Todopoderoso, no vivimos por los cambios externos de las distintas situaciones que experimentamos en la vida, sino que vivimos disfrutando la paz de Dios: “6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. / 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6,7); “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (San Juan 14:27) 

El número bíblico once denota imperfección, mas los cristianos somos llamados a la perfección.  

3. El número bíblico once denota desorganización.
Jesús relata en la parábola de los obreros de la viña: “1 Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. / 2 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. / 3 Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; / 4 y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. / 5 Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. / 6 Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? / 7 Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. / 8 Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. / 9 Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. / 10 Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. / 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, / 12 diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. / 13 El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? / 14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. / 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? / 16 Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.” (San Mateo 20:1-16) 

En Tierra Santa el tiempo tiene pocos cambios, el sol sale alrededor de las 6 de la mañana y se pone alrededor de las 6 de la tarde, casi todo el año. Hay 12 horas de luz que constituyen el día para poder trabajar. Jesús cuenta en esta parábola que había un hombre que llamó a trabajadores en diferentes periodos. Tal hombre procedió de un modo extraño, pues llamó obreros a la hora undécima, es decir a las 5 de la tarde, una hora antes de que finalizara el día laboral. Y lo más raro fue que a cada uno pagase lo mismo: un denario.  

Toda parábola es un relato simbólico en que cada elemento representa algo espiritual. En este caso el denario es el pago del obrero cristiano, o sea la vida eterna; el padre es Dios; la viña es el mundo, nuestro campo de trabajo; los obreros son los cristianos y la plaza, el templo, el lugar donde nos reunimos y se nos asigna una labor. 

¿Se llama tan tarde a los trabajadores? En una hora más habrán finalizado su día de trabajo. Nadie contrataría a esa hora, salvo que fuese para realizar un trabajo nocturno. Lo que el Texto quiere significar, en primera instancia, es que a Dios no le importa si somos llamados en la juventud o en la vejez, en los primeros tiempos del cristianismo o días antes de regresar Jesús a la Tierra; a todos se les pagará igual si creen en Él como Señor y Salvador.  

Pero creemos que hay otro significado oculto en estas palabras. ¿Quiénes son los llamados a la hora undécima? La Palabra dice que ellos “estaban desocupados; y [Jesús] les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?” Estos eran cristianos desocupados, nada hacían por la obra de Dios. El motivo: “Porque nadie nos ha contratado.” La Biblia no dice que ellos fueran ociosos que no quisieran trabajar, sino que nadie les llamaba a trabajar. Pero todos sabemos que no podemos responsabilizar sólo a los demás de que estemos cesantes, sino que debemos buscar trabajo. Así es que hay una responsabilidad compartida. En la Iglesia, los ministros de Dios deben llamar a los hermanos a trabajar en la obra del Señor, asignando tareas; pero también los hermanos deben ofrecerse a trabajar en la viña del Señor y no estar ociosos. 

La hora undécima, la hora 11, nos indica cierta desorganización en la vida laboral-espiritual de algunos creyentes. Sin embargo Dios tiene un llamado para ellos,  aunque sea a última hora. ¡Gracias sean dadas a Dios que nos ha llamado a Su ministerio! La Palabra del Señor muestra muchos llamados:  

a)      Evangelizadores, pescadores de hombres: “16 Andando [Jesús] junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. / 17 Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. / 18 Y dejando luego sus redes, le siguieron.” (San Marcos 1:17) 

b)      Servidores del prójimo, buenos samaritanos. Un intérprete de la Ley le preguntó a Jesús “¿Y quién es mi prójimo?” Le respondió con la parábola del Buen Samaritano que termina así: “¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? / El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.” (San Lucas 10:36,37 

c)      Ministros. Predicadores de la Palabra de Dios: “11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, / 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:11,12) 

d)     Discipuladores, tutores de discípulos de Jesucristo: “19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; / 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (San Mateo 28:18-20) 

Mayormente el mundo está actualmente desorganizado, todo está cayendo y desordenándose, porque estamos en la hora once, prontos a la medianoche. 

El número bíblico once denota desorganización, mas los cristianos debemos ser organizados. 

4. El número bíblico once denota desintegración.
“1 Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: / 2 Hijo de hombre, por cuanto dijo Tiro contra Jerusalén: Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de las naciones; a mí se volvió; yo seré llena, y ella desierta; / 3 por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas. / 4 Y demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus torres; y barreré de ella hasta su polvo, y la dejaré como una peña lisa. / 5 Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor; y será saqueada por las naciones. / 6 Y sus hijas que están en el campo serán muertas a espada; y sabrán que yo soy Jehová./ ... / 21 Te convertiré en espanto, y dejarás de ser; serás buscada, y nunca más serás hallada, dice Jehová el Señor.” (Ezequiel 26:1-6,21) 

“20 Aconteció en el año undécimo, en el mes primero, a los siete días del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: / 21 Hijo de hombre, he quebrado el brazo de Faraón rey de Egipto; y he aquí que no ha sido vendado poniéndole medicinas, ni poniéndole faja para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que pueda sostener la espada. / 22 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Heme aquí contra Faraón rey de Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano. / 23 Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras. / 24 Y fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de muerte. / 25 Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, y él la extienda contra la tierra de Egipto. / 26 Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras; y sabrán que yo soy Jehová.” (Ezequiel 30:20-26) 

“11 De veintiún años era Sedequías cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. / 12 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová. / 13 Se rebeló asimismo contra el rey Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel.” (2 Crónicas 36:11-13) 

La caída de Jerusalén se relata así: “1 En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. / 2 Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió brecha en el muro de la ciudad. / 3 Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey de Babilonia. / 4 Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá. / 5 Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció. / 6 Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. / 7 Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia. / 8 Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. / 9 Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó a Babilonia. / 10 Pero Nabuzaradán capitán de la guardia hizo quedar en tierra de Judá a los pobres del pueblo que no tenían nada, y les dio viñas y heredades.” (Jeremías 39:1-10 

El año once o undécimo en el que Ezequiel profetizó contra Tiro y contra Egipto fue el año undécimo de Sedequías, en el que Jerusalén fue desolada. Tiro y Egipto serían desoladas como lo había sido Jerusalén. Estas profecías y relatos nos hablan de la caída y desintegración de una sociedad. 

Desintegrar es dividir una cosa en fragmentos o en todas las partes o elementos que lo componen. En el Nuevo Testamento los doce apóstoles estuvieron a punto de desintegrarse, cuando Judas traicionó al Señor y se suicidó. Pedro procuró arreglar esto y pusieron en su reemplazo a Matías, pero Dios ya tenía preparado un apóstol para los gentiles, a Saulo de Tarso, San Pablo. También a través de la historia de la Iglesia hemos visto su desintegración. Hay un espíritu destructivo que opera en el mundo para destruir y desunir, desmembrar, y así producir inquietud, fracaso, caída, destrucción. Hoy día muchos países tienden a desintegrarse y dividirse en naciones más pequeñas. 

El número 11 suele marcar estos hechos de desintegración, violencia y destrucción:  

  • El 11 de noviembre de 1918 se firmó el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Esa fecha de las 11 del día en que se escuchó el último disparo se conmemoraba el día del armisticio, pero con el tiempo se convirtió en el Día de la Remembranza. Curiosamente, el minuto exacto del recuerdo de la gente caída en la Guerra es a las 11:11 AM.
  • El 11 de septiembre de 1941 comenzó la construcción del Pentágono en EEUU.
  • El 11 de septiembre de 1972 fueron asesinados por terroristas once israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich. El mundo presenciaba el comienzo del terrorismo global.
  • El 11 de septiembre de 1973 el presidente chileno Salvador Allende muere en un violento golpe de estado militar encabezado por el general Augusto Pinochet.
  • El 11 de septiembre de 1990 a las 21:09, 11 años antes del 11 de septiembre de 2001, George Bush padre hizo un discurso ante el Congreso el derecho "hacia un Nuevo Orden Mundial".
  • El 11 de septiembre del 2001 se desplomaron las dos Torres Gemelas y el primer avión en hacer impacto fue el vuelo 11 de American Airlines. Después del 11 de septiembre quedaban justo 111 días para que terminase el año. Las torres eran físicamente un once erigido en el cielo, similar a las torres que guardan el templo masónico: Joachim y Boaz. 
  • El ataque terrorista de Madrid también ocurrió un día 11 y murieron 191 personas, una cifra de muertes que suman 11.
  • Los últimos tres presidentes de Estados Unidos tienen 11 letras en su nombre: Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton.
  • El 11 es el número de la magia, según escribe Aleister Crowley en su libro sobre Cábala, 777.
Otros pasajes del Antiguo Testamento que dan cuenta de la desintegración simbolizada por el número 11, son los siguientes sobre el reinado de Joacim y el imperio de Nabucodonosor. Joacim reinó once años cuando Nabucodonosor llegó y comenzó su obra desintegradora contra Jerusalén: “36 De veinticinco años era Joacim cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Zebuda hija de Pedaías, de Ruma. / 37 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho.”  (2 Reyes 23:36,37)

Joacim fue avasallado por Nabucodonosor: “1 En su tiempo subió en campaña Nabucodonosor rey de Babilonia. Joacim vino a ser su siervo por tres años, pero luego volvió y se rebeló contra él.” (2 Reyes 24:1) 

La nación judía fue prácticamente desintegrada: “5 Cuando comenzó a reinar Joacim era de veinticinco años, y reinó once años en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios. / 6 Y subió contra él Nabucodonosor rey de Babilonia, y lo llevó a Babilonia atado con cadenas. / 7 También llevó Nabucodonosor a Babilonia de los utensilios de la casa de Jehová, y los puso en su templo en Babilonia.” (2 Crónicas 36:5-7) 

Los cristianos estamos llamados a la unidad y no a la separación:

“20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,  / 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.  / 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.  / 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (San Juan 17:20-23)

“1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, / 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, / 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; / 4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; / 5 un Señor, una fe, un bautismo, / 6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” (Efesios 4:1-6) 

El número bíblico once denota desintegración, mas los cristianos debemos reintegrarnos. 

CONCLUSIÓN.

El número once en la Biblia tiene un significado negativo. Denota: 1) Desorden, mas los cristianos estamos bajo las órdenes de un Dios de orden; 2) Imperfección, mas los cristianos somos llamados a la perfección; 3) Desorganización, mas los cristianos debemos ser organizados; y 4) Desintegración, mas los cristianos debemos reintegrarnos.

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Por qué se dice que el número once en la Biblia tiene un significado negativo?
2)      ¿Cuándo podemos decir que hay desorden en nuestra vida?
3)      ¿Cuál es, a su juicio, la perfección espiritual?
4)      ¿Existe desorganización en el mundo actual?
5)      ¿En qué aspectos necesitamos “reintegrarnos”?
6)      ¿Sabía Jesús que Lázaro moriría y por qué no fue inmediatamente a Betania para asistirlo?
7)      ¿Qué nos enseña la resurrección de Lázaro?
8)      ¿De qué forma está usted sirviendo en la obra de Dios?
9)      ¿Qué luz necesitamos para caminar en este mundo?
10)  ¿Cómo sirvió José a Potifar?
11)  ¿Por qué la fidelidad de José a Potifar tuvo como resultado la cárcel?
12)  ¿Cómo puede alguien disfrutar la paz de Dios?
13)  ¿Qué significa para usted la reiterada fecha 11 en circunstancias mundiales negativas?
14)  ¿Cuál es su pensamiento frente a los ataques terroristas perpetuados en los últimos años?
15)  ¿Por qué se dice que estamos próximos a la medianoche y vivimos la hora undécima?
16)  ¿Quiénes son los llamados a la hora undécima?
17)  De acuerdo al sermón ¿Por que aún no regresa Jesús?
 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

  • Reina, Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
  • MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
  • (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
  • Demaray, Donald E. (1996). “Introducción a la Biblia” Estados Unidos, Miami: Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos FLET, Editorial Unilit, 1996.
  • (1960). “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
  • "Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
  • "Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
  • Romero, Ramón e hijo “Cómo entender los numeros de la Biblia”
  • http://misteriosconxana.blogspot.cl/2013/02/misterios-de-los-numeros-9-y-11.html
  • http://www.aguasvivas.cl/multimedia-archive/el-numero-11/



[1] La historia de José la encontramos en Génesis, capítulos 37 al 50, exceptuando el 38.