sábado, noviembre 04, 2017

EL AMOR DE JESÚS ES PACIENTE


AMIGOS DE JESÚS
Enseñanza 17
4-11-17 

© Maestra Elena Montaner

 

“1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, / 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.”
(Efesios 4:1,2) 

“4 El amor es sufrido...”
(1 Corintios 13:4)

“Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. 
(1Corintios 13:7)

 

 

  1. ¿Qué es la paciencia?
a)      La paciencia se define comúnmente como: “La capacidad de aceptar o tolerar demoras, problemas, o sufrir sin enojarse o molestarse” Históricamente viene de la palabra Latina “patientia”, que significa sufrimiento de la cual viene la palabra “paciente”, refiriéndose a alguien que está sufriendo de estar enfermo o lesionado.

Según el filósofo Aristóteles, la paciencia nos permite sobreponernos a las emociones fuertes que nos pueda tener preparadas la vida. Se puede decir que la paciencia está ligada a la madurez mental, con una actitud respetuosa y educada hacia los demás. 

b)      Según la Biblia paciencia es parte de los frutos del Espíritu.

Gálatas 5: 22,23
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”  

Nos interesa saber cómo hacemos para saber enfrentar todo tipo de situaciones con paciencia, como lo hace Jesús la mayor parte del tiempo.  El Señor  es tardo  para la ira sin embargo podemos ver que Jesús experimentó gran emoción e  ira en algunas situaciones complicadas. 

Juan 2:13-22

“Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,
y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.
Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;
y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.”

Ese enojo de Jesús era santo y puro porque no perdió paciencia porque alguien lo rechazara u ofendiera sino porque sintió celo por el templo como casa de su Padre.

Eso podemos comprobarlo en Juan 2:17
“Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.”

Podemos decir que el  celo se define como “interés ardiente y activo por una causa o persona”.

A veces podemos perder la paciencia momentáneamente enojándonos por el celo que sentimos por la causa de Cristo. Es un enojo que proviene del sufrimiento que sentimos no por nosotros mismos como cristianos sino por Cristo, si vemos que es ofendido, ignorado o mal interpretado.

Sin embargo, debemos auto controlarnos. Esto lo podemos ver en:

Efesios 4:26
“Airaos, pero no pequéis. No se ponga el sol sobre vuestro enojo.” 

2.      Aprendamos a  ser pacientes desde el amor. 

Efesios 4:2
“Sean humildes, amables y pacientes, y con amor dense apoyo los unos a los otros.” 

El amor es la clave. Podemos aprender a ser más pacientes observando cómo el Señor nos ama y es tan paciente con nosotros.

La Biblia relata que Dios es Amor. 

1 Juan 4:8
“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” 

Dios entonces nos ama y es paciente con nosotros, aunque también nos corrige, pero esto no es porque Él no tenga paciencia, la tiene, pero un Padre que ama sabe corregir o castigar a sus hijos cuando corresponda. 

El que no ama no es paciente. No logra soportar o tolerar o sufrir a los otros. Esto se puede  observar mejor en  la convivencia diaria.

¿Cómo hacemos para sufrir a alguien, o soportar a alguien sin perder la paciencia? 

Jesús puede sufrir a los otros y no perder la paciencia, pero si enojarse y amonestar. Su paciencia era sostenida en la fe en Dios su Padre y  esperanza y confianza en sus discípulos, sabía que ellos un día demostrarían al mundo quienes eran. 

Lucas 9:38-42
“Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo;  y sucede que un espíritu le toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estropeándole, a duras penas se aparta de él.  Y rogué a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron.  Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo. Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.”

Jesús pudo continuar soportando a sus discípulos mientras estos aprendían con Él.  

El amor se apoya en dos pilares que lo definen a la perfección. Esos pilares son la paciencia y la bondad. Solo el amor nos inspirará a transformarnos en personas pacientes.
 

3.      La paciencia está asociada a la espera. 

La paciencia es una virtud que nos ayuda a soportar situaciones desagradables sin estallar. Es una virtud que nos indica qué debemos esperar, tolerar y aguantar. Aquella persona con paciencia es una persona paciente. 

Si bien Jesús se enojó pero nunca perdió la paciencia. Fue paciente porque soportó.

Si un discípulo no obedece a su tutor, este debe tener paciencia con él y saber esperar sus cambios, sin embargo si puede reprenderlo y corregirlo, si Jesús lo hizo el tutor también puede hacerlo para que el discípulo pueda llegar a ser como él. 

La paciencia no es una virtud fácil de desarrollar hoy en día porque, por empezar, las tareas y obligaciones de los individuos han cambiado y se han vuelto estresantes y difíciles. 

También se afirma que la paciencia debe existir cuando las cosas salen mal, son lentas y tardan en ejecutarse, por lo tanto, la paciencia y la perseverancia van de la mano. Uno debe ser paciente y perseverante para poder lograr sus objetivos. 

Cuando no somos pacientes, es decir, somos impacientes porque no somos capaces de soportar algo en el tiempo y nos frustramos. Esto puede producir estrés y depresión. A veces pensamos que hemos encontrado lo que buscamos, pero si vemos que las cosas no son como lo habíamos pensado, abandonamos y lo hacemos  frustrados. 

A veces el Señor se demora en contestar nuestras oraciones, pero nosotros lo amamos y entonces esperamos con paciencia confiando en que Él un día nos concederá lo que le pedimos.
 

4.      La paciencia es una virtud probada. 

Si decimos que tenemos paciencia debemos demostrarlo, probarlo como lo hizo Jesús.

 Jesús demuestra su paciencia con Marta. Marta estaba muy atareada en la cocina preparando la comida, la mesa, lavando los platos... Marta tenía mucho trabajo en la cocina y su hermana María no venía a ayudarla.  

Lucas 10:40,41

Marta se enfada y va a Jesús y le dice: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude” 

 ¿Y qué le dice Jesús? ¿Qué espera Jesús de Marta? Jesús espera que Marta esté sentada a sus pies, como su hermana María, escuchando al Maestro. Pero Marta está en la cocina, en lugar de estar con Jesús. Jesús no le “echa una bronca” sino que le responde con paciencia diciéndole: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada”. 

En 1ª Pedro 1:6

Dice a quienes se encuentran en una situación de sufrimiento: “Por lo cual rebosáis de alegría, aunque sea preciso que todavía por algún tiempo seáis afligidos con diversas pruebas”

Es decir, la esperanza en la gracia del Señor, aceptando la Verdad de Cristo es asegurarse una vida paciente, plena del amor del Señor sabiendo esperar las soluciones que Él quiera brindarnos según su voluntad.

 

CONCLUSIONES: 

1.      La  paciencia es una virtud que debemos desarrollar con la ayuda del amor de Dios. 

2.      Si amamos tendremos paciencia con el otro, pero si este no quiere aprender, entonces podemos corregirlo, pero seguiremos teniendo paciencia para esperar su cambio. 

3.      Tener paciencia es saber esperar o no perder la esperanza del cumplimiento de las cosas que esperamos. 

4.      Tener paciencia significa que tenemos una  alta tolerancia a la frustración, cuando no logramos lo que queremos. Esto es, perseveraremos en lo que queremos con paciencia sabiendo que si seguimos lo conseguiremos porque tenemos confianza en Dios que nos fortalece.